Experiencia 31/03/2020

Viajes astrales y sueños lúcidos...

Por la mañana sobre las 11, queriendo meditar un rato después de despertar, me voy quedando dormido y me vienen las vibraciones, las intensifico. Me encuentro ya soñando pero lúcido, con la costumbre no me parece nada especial y no me sorprende, en este estado de lucidez y trance no se piensa con normalidad, cuesta un poco, te dejas llevar entre soñando y despierto.
Estoy con un niño y le explico que lo voy a llevar conmigo para que sepa lo que es un sueño lúcido y va a sorprenderse de lo que va a experimentar. Al momento están 3 personas más de su familia que también quieren venir. Les explico que antes de iniciar la experiencia miren unas fotos que hay sobre una pared a modo de colage y que se fijen en los detalles porque seguramente algo cambiará y así se demostrarán a sí mismos que han estado en un sueño lúcido. Nos fijamos todos en el dibujo de un corazón. Yo ya había hecho lo mismo antes de toda esta escena, cuando comencé el sueño, y me salí de la habitación del campo que es donde estoy durmiendo y me fijé en unas flores. No sé si luego cuando las busque las encontraré igual. Tras esto comenzamos el viaje. Lo primero que veo es que estamos en casa de mi madre que es un edificio de 14 plantas, nos encontramos en el piso decimotercero. Mi primera orden a los cuatro es salir por la ventana puesto que no va a pasar nada, solo deben confiar en mí. Saltan uno a uno al vacío mientras yo me convenzo a mí mismo de que no estoy despierto y no me va a pasar nada y lo hago en último lugar. Realmente hay que tener valor, a veces me cuesta convencerme de que estoy soñando y me da miedo no estarlo y tirarme al vacío, es una sensación real. Al llegar abajo hemos aparecido en una zona rural, en un camino muy estrecho y van delante. Corremos en línea recta y fila india. Voy el último y me sacan ventaja, aparece un lobo negro pequeño cortándome el paso y lo enfrento diciéndole telepáticamente que mejor que no se enfrente a mí que soy invencible y lo entiende y me deja. Yo mismo me voy dando cuenta del control y seguridad que tengo en el astral con mis sueños lúcidos. Cuando alcanzo al niño ya continuamos solos. Lo siguiente es que entramos en un recinto y vemos gente haciendo cola, me acerco al primero, es como de mi edad y viste chaqueta de cuero. Entendiendo que es un sueño lúcido y que no le doy importancia a nada de lo que me encuentro más que a mí experiencia aquí hago lo que se me va ocurriendo sin tener en cuenta lo que se me va apareciendo en el sueño. A este chico le digo que no importa lo que hace, que en realidad es un sueño y él está soñando, que si me cree lo puede disfrutar y dirigir. Me contesta que él está soñando y no puede hacer nada, que yo he aparecido en su sueño pero nada más, no lo puede hacer lúcido y en todo caso yo debería demostrar que puedo hacer cosas imposibles si es verdad lo que le digo. Con un dedo intento hacer un agujero en una madera, me cuesta un poco y se resquebraja toda. No me convence ni a mí como prueba, tiro de más concentración y miro hacia arriba y hay como un rótulo luminoso de una cara de chico de color, como de animación. Quiero volar y llegar arriba a tocar el cartel, aquí debes concentrarte bien para lograr lo que quieres, si no lo crees no sucede y si lo crees sucede. He aquí todo el secreto de no conseguir nada y no sacarle provecho al sueño lúcido o conseguirlo todo. Empiezo a concentrarme en la cara del cartel y la amplío y enseguida me veo flotando y cada vez más cerca. La sensación cuando flotas o vuelas es increíble, es real, muy difícil de explicar porque hay que sentirla. Me pongo a rotar lentamente en el aire y a disfrutar mi éxito. He demostrado que puedo hacer cosas imposibles a los que me estaban pidiendo pruebas. Desde aquí ya me muevo sólo, quien quiera de los que me han observado ya saben que es un sueño y lo he demostrado. Salgo de allí y me dirijo a una playa que veo, esquivo gente y se me ocurre arrancar una palmera para lanzarla al cielo. Me siento como Superman, solo tengo que confiar en mí para hacer lo que quiera. Miro al cielo y pese a ser de día veo hasta nebulosas, mi vista llega muy lejos. Quiero tirar la palmera hasta la nebulosa pero yo mismo creo que no debo abusar, que probablemente no voy a llegar si no lo creo y la tiro sin más hasta que desaparece. Ahora recuerdo que en muchas ocasiones antes de intentar entrar en el astral me concentro en cosas que quiero conseguir hacer o sitios que visitar y entre ellos está el espacio. Me vendría bien ir hacia la nebulosa, hoy que estoy más lúcido que en otras ocasiones y estoy disfrutando más que nunca pues tengo mucho control. Lo malo es que donde me encuentro durmiendo en el campo no estoy solo y tengo a mis sobrinas durmiendo en la habitación de al lado y hace rato que están dando voces, al principio y con concentración evito que me distraigan pero ya no es posible y salgo del trance despertando del todo.