¿Seguro que conoces a Dios?

Viajes astrales y sueños lúcidos...

Mis creencias y mi manera de pensar han ido cambiando con los años, se podría decir que he madurado cuando he comenzado a pensar por mí mismo. Por supuesto, cada uno tiene su opinión y no pretendo que sea de otra forma.

Siempre escuché que Dios estaba en todas partes y por tanto que era infinito. Me doy cuenta de que esta palabra se utiliza muy a la ligera y pocos comprenden su significado. A Dios tampoco lo pudo crear nada mayor que Él, puesto que como es infinito no puede haber nada fuera de Él. No pudo ser creado puesto que entonces no sería Dios, lo sería su creador, con lo cual es increado. Siempre estuvo y siempre estará. Nuestros antepasados se hacían preguntas como lo hacemos nosotros ahora y desde siempre intentaron darle a la vida un propósito, un porqué. Lo hicieron según su entendimiento, cada época tuvo sus dioses según su manera de vivir y su inteligencia. Unos lo llamaron Sol, otros Dios del Amor, de la Guerra, del agua, del fuego y así sucesivamente. Hace muchísimo tiempo que comprendí que casi todo lo que se dice desde las iglesias de las muchas religiones que han llegado a nuestros días es erróneo precisamente porque mantienen esas ideas de que Dios es algo parecido a un ser humano con forma y personalidad. Y digo casi todo porque también dicen que Dios lo creó todo y que es infinito y en eso es en lo único que estoy de acuerdo. Por dónde comenzar, intentaré resumir con palabras sencillas. Primero y más importante, ¿qué es Dios si no es algo con forma y personalidad? Pues es bien fácil de entender, es TODO, en mayúsculas. No puede ser nada parecido a un ser que tiene hijos. Ni buenos ni malos, según nuestra interpretación. Todo lo que nos parece bueno decimos que sale de Dios y por el contrario lo que nos parece malo debe de salir de algún sitio que, por supuesto, no puede ser Dios. Ahí aparece nuestra primera invención a la que llamamos demonio. Las características de un ser que piensa y es racional las ha inventado el ser humano en su afán de querer entenderlo. Tampoco necesita de nuestros sacrificios y rituales ayer y hoy. No necesita nada de nosotros. Si pudiera observar su creación estaría observándose a sí mismo y el ser humano nunca entendió esto. Nos dedicamos a repetir rituales, plegarias, rezos, etc. Le pedimos que nos ayude y vivimos atenazados. Desde las religiones nos han enseñado a vivir como sus corderos, llenos de miedos a castigos e infiernos y privándonos de las actitudes que nos producen placer.

Dios no es tiempo ni espacio, pero sí las leyes que gobiernan el universo que crean el tiempo y el espacio pero visto desde otro punto de vista. Puede ser energía pura o más bien mente pura y así sí puedo entenderlo. Me explico, una mente no necesita tener espacio infinito, solo es mente que piensa. Yo tengo una idea y creo una imagen de algo, grande o pequeño, puedo crear en mi mente una hormiga o un universo y cuando presto atención a mi pensamiento creación le doy forma, ¿donde existía ese pensamiento antes de crearlo? Pues supongo que no existía, hasta que tuve enfocada mi atención en ello y lo creé, como quien escribe una novela y crea un personaje. ¿Dónde estaba el personaje? No estaba, lo crea el escritor y mediante los hechos que narra adquiere vida y va evolucionando. ¿Entonces somos un pensamiento de Dios? Pues sí, y con ello cuando presta su atención en nosotros nos da forma y nos moldea y con ello también se ralentiza todo creándose la materia, el tiempo, la gravedad, etc. Somos materia y tiempo porque la atención de Dios está fijada en su creación, en su pensamiento. Este pensamiento no es finito como el de una mota de polvo que es un ser humano, y aún así un ser humano puede imaginar un universo. Lo que ocurre es que la mente humana, como he dicho, es finita y puede crear pensamientos finitos. No podemos crear la hormiga y el universo a la vez, mantenemos la atención en una sola cosa. ¿Cómo creará una mente infinita? Esa mente infinita puede mantener su atención en todo su universo a la vez. Por eso todo el universo está conectado y en movimiento a la vez. También tiene energía infinita y por eso sus creaciones parecen tener vida diferente a nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos también nacen y mueren y son creados por impulsos eléctricos. Espero que se esté entendiendo porque aún con palabras simples un concepto tan diferente de lo que llevamos creyendo durante milenios es difícil de digerir. Con todo esto quiero decir que no hay hijos de Dios, son interpretaciones erróneas de lo que nosotros hemos creído o hemos visto en el pasado. Si antiguamente se vieron Ángeles, o se presentaron a alguien seres espirituales o físicos mayores y menores que yo creo que sí, no habrán visto a Dios tampoco ni lo verán, sintiéndolo mucho eso no puede ser. Ellos también están contenidos en el TODO. Pero también es verdad que las pruebas nos muestran que la vida evoluciona, que antes éramos seres inferiores y cuanto más nos alejamos en el tiempo hasta nuestros días, más hemos cambiado. Todo está en movimiento con lo cual todo está continuamente cambiando. El problema no es que todo cambia irremediablemente es que también podemos ser unos ignorantes con nuestro entorno y cambiar nuestros hábitos a peor. Cambios demasiado extremos como los que producimos en la naturaleza por nuestra falta de escrúpulos o las propias contiendas entre los humanos nos pueden llevar a una aniquilación de la especie y entonces seguirá la evolución pero por otra rama, como ya ha sucedido con las eras pasadas y como ejemplo más reciente con los dinosaurios. Qué más da que una especie desaparezca aniquilada por un meteoro o que lo haga en disputas entre sus iguales, Dios seguirá experimentando la vida de su creación porque como es infinito habrá infinidad de especies de todo tipo creadas por Él. No olvidemos que su imaginación también es infinita y no tiene límites. En un segundo como nos creó nos abandonará y creará otra idea con otro universo en otros tiempos, o como es infinito creará muchos universos a la vez hasta que deje de hacerlo, Dios no tiene restricciones de sí mismo, la creación puede parecernos infinita y para Dios es de un segundo. Si se fija mucho en algo dura eternidades y de repente deja ese pensamiento y la eternidad llegó a su fin.

En la antigüedad se pensó que Dios era cruel y vengativo porque la civilización de entonces era mucho más ruda e ignorante y también era una forma de control. Después se fue rebajando el tono hasta convertirlo en un ser bondadoso que te lo perdona todo si te arrepientes de tus malas acciones. ¿No era el mismo Dios el que destruía ciudades como Sodoma y Gomorra, enviaba plagas y mataba primogénitos en Egipto que el que te perdona tus pecados solo con arrepentirte? Las iglesias juegan como niños a creer en el Dios verdadero y reñir entre ellas, a hacer guerras santas donde acaban muriendo personas. Qué ironía, hoy en día se sigue matando por Dios o por Alá solo porque los que lo hacen no han utilizado el cerebro para pensar por sí mismos y no dejarse manipular por otros con intenciones malsanas. Dios y Alá es lo mismo con diferentes nombres. Igualmente lo bueno y lo malo es lo mismo. Están conectados, son grados diferentes. Si pensáis que siempre hay algo mejor que cualquier cosa buena y de la misma forma siempre hay algo peor que cualquier cosa mala entenderéis que sólo es una interpretación personal. ¿Dónde empieza o acaba lo bueno y dónde empieza o acaba lo malo? Pongo un ejemplo: yo relaciono un buen día con un día soleado y un labrador de la tierra que ha sembrado su cosecha está deseando que llueva y de la misma forma para él un día lluvioso es bueno. Los dos decimos que es un día bueno o malo según nuestra interpretación. Igualmente es malo ejecutar a una persona pero si lleva un cinturón lleno de explosivos y quiere hacerlo estallar y así matar a muchas personas, ejecutarlo antes lo consideraríamos bueno. Sigue siendo lo mismo pero la escala de lo bueno o lo malo varía según la interpretación da cada uno. Dios no es bueno ni malo, o de igual forma, Dios es bueno y malo. De ahí que la gente no entienda que se le arrebate un ser querido o un niño en circunstancias desagradables o que los animales se depreden unos a otros. Todo está permitido porque no es ni bueno ni malo, es la vida en movimiento. Dicho lo cual, prefiero pensar en términos de bueno o malo lo que yo mismo considere que es bueno o malo para mí. No lo que se me imponga.

Hemos dicho que Dios es infinito y en eso no he visto que ninguna religión discrepe, si es infinito no puede crear algo fuera de Él, o sea que una piedra o una mota de polvo es tan Dios como nosotros pero ello no significa que seamos Dios ni que estemos hechos a imagen y semejanza de nada. Solo que estamos contenidos en Él. Nuestro ego no nos permite ver más allá de nuestro ombligo. Si, como hemos aceptado por siempre, el infinito no tiene fin no hay ser capaz de ver el principio o el final. No hay hijos de ese infinito, solo creaciones de toda índole. Puede haber una escala de evolución tan brutal como el propio infinito y seres tan evolucionados que los consideraríamos semi-dioses pero el concepto de Dios como padre en sí es absurdo. ¿Con esto qué nos queda a las personas que creíamos que era alguien asequible que nos enseñaron que le podías rezar y si eras bueno te iba a conceder lo que le pidieras y te iba a llevar a su lado? Qué ilusos, si piensas algo y llega es porque está entre las herramientas que se nos ha concedido y no creo en llegar a su lado porque ya lo estoy, sigo contenido en Él.

No terminamos de entender todas las leyes de la naturaleza, así como estamos en pañales con la física cuántica, sin embargo pretendemos entender a Dios sin darnos cuenta de que es infinitamente más complejo.

Debe de haber seres más avanzados que nosotros igual que aquí mismo en la Tierra hay animales más avanzados que otros y eso para mí es prueba suficiente de la evolución. Quizá esos seres empezaron antes este viaje infinito o quizá tomaron decisiones más sabias pero antes o después estaremos allí nosotros también, si no nos destruimos antes, porque Dios no puede ser de otra forma más que equitativo ya que Él en sí mismo es Ley y no puede escapar a ella. La evolución nos toca a todos, el problema es que por mucho que avancemos seguiremos tan lejos del final como ahora. Discrepo de los que dicen que el fin último es llegar a Dios y fundirse en un todo pero manteniendo nuestra personalidad pura por la evolución del alma. Es una idea muy romántica pero el fin último está tan lejos que solo el pensar en ello es absurdo, no nos lleva a nada.

En conclusión dejaría un consejo para toda la humanidad, que por supuesto caerá en saco roto porque todavía somos bebés en la creación y seguiremos manipulados por esas creencias que llevamos grabadas desde milenios atrás. Ese consejo es “vive”. Vive ahora, experimenta todo cuanto puedas, no dejes que otros guíen tu vida, equivócate y a la próxima hazlo mejor, si puedes, si no tampoco pasa nada, Dios no te va a juzgar. No creas nada de infiernos ni limbos ni cielos, quien inventó todo eso probablemente lo inventó por propio interés o lo malinterpretó y en todo caso no estuvo allí para verlos. Si alguien les habló para contarles esas cosas por supuesto no era Dios, cómo va Dios a pensar o crear un universo infinito y va a hablarle algo a un ser tan pequeño de su creación. Si utilizáramos las matemáticas para medirnos seríamos, comparados con Él, un cero seguido de infinitos ceros y al final nunca llegaría el 1. Y recuerda que el infinito no tiene fin.

¿Entonces porqué hay personas hablando de Dios si no saben nada de Él? Las personas que dicen tener fe en Dios enseguida se advierte que no son coherentes. Deberían de ofrecerlo  todo a cualquiera que lo necesitara como haría alguien de su propia sangre, ¿cómo puede nadie decir que es bueno y hace el bien como Dios manda sin entender qué es Dios? Tampoco nadie te va a dar nada que no le sobre. Hablo desde el punto de vista de la religión y de los religiosos. Un pobre no tiene nada de valor y te lo dará todo, hazlo rico y espera a ver cómo gasta el dinero, en sí mismo o en darlo a los demás. Las religiones son iguales, cuanto más grande la religión más dinero amasa y no esperes que vendan su patrimonio para darlo a los pobres, eso sería ser coherentes con sus principios. Son los pobres los que deben mantenerlos con sus diezmos. Llamamos pobre al que no tiene dinero y rico al que sí lo tiene, yo llamaría rico al que todo lo da, desde su favor, su amistad, su compañía, su comprensión, su ayuda… y llamaría pobre al que nada da y amasa todo lo material que puede. Por supuesto no seré yo quien diga que soy bueno. Dar algo es limosna que sólo alimenta el ego. Dar todo como hace un padre con un hijo sería un buen ejemplo para empezar. Por lo tanto, quien quiera demostrarme que estoy equivocado con respecto a quién es Dios y quiera enseñarme que Dios es amor, primero debe tratarme como su hijo o su hermano a mí y a todos. Solo así la opinión de lo que tuviese que decir esa persona podría captar mi atención. Las pocas personas que han intentado esto durante la historia no han salido muy bien paradas, el ser humano no premia al bueno, premia al fuerte y al inteligente porque ellos toman lo que quieren aprovechándose del prójimo por la fuerza o manipulándolo con inteligencia. Así las naciones fuertes también son las más grandes, las más belicosas o las más inteligentes y no las que tienen las mejores intenciones ni los mejores dirigentes. Ser una persona coherente con las ideas sobre Dios y sobre el bien y el mal ya nos ha dejado ejemplos de cómo acaba. Si hoy en día apareciera otro Mesías como Jesús no acabaría en la Cruz pero acabaría en cualquier prisión escondido y torturado por defender los ideales de la igualdad entre las personas y las Naciones. Es una utopía un mundo unido con una sola nación y repartiendo la riqueza en igualdad, solo hay que ver cómo los países tienen dificultades en mantener la unión y la igualdad dentro de sus fronteras, pero no olvidemos que el mundo es de todos.

Tendríamos que mezclarnos racialmente, sin fronteras y con una única dirección mundial que permitiera que todo el engranaje siguiera funcionando, como la sanidad, alimentación, energía, etc. Está comprobado que los descendientes de padres de diferentes razas son mucho más fuertes. De la misma forma el no tener fronteras terminaría con las desigualdades, el hambre y, no menos importante, con las guerras. No habría que gastar sumas astronómicas de dinero en defensa y armamento y ese mismo capital se podría destinar en beneficio de todos. La unión es el poder, no la separación.

Lógicamente es una utopía. Las personas somos adoctrinadas desde pequeñas a ser competitivas, se alimenta el ego y el orgullo y no se fomentan como se debería el altruismo y la igualdad. El ser humano ha aprendido que cuanto más posee más valor alcanza como persona. Dónde queda el niño que nace en un país sin recursos o en guerra y jamás tendrá la oportunidad de demostrar su potencial y valía.  Quizá eso algún día cambie y podamos dar los pasos más grandes y más firmes dándolos todos juntos.

Texto extraido de mi libro «Descubriendo el astral»