Experiencia 08/03/2021

Viajes astrales y sueños lúcidos...

Hoy he tenido una experiencia en el astral, a través de un sueño lúcido, doble y muy larga. Mi mujer debía despertar a las 7:00 a mi hija porque le falla la batería del móvil y temían que por ello hiciera tarde al colegio. Con ello y sin quererlo también termino yo por despertar. Como ya he comentado en otras ocasiones, si evitas espabilarte mucho, continúas muy cerca del trance intermedio y necesario para entrar en el astral. Estás despierto y dormido a la vez. Por todo ello y con poca concentración me encuentro de lleno en medio de un sueño adquiriendo consciencia. El sueño no era importante, mezclaba gente que conocemos mi mujer y yo y trataba de que mi mujer les dejaba nuestra casa para que celebraran una comida y yo cuando me enteraba me enfadada muchísimo y acabábamos separándonos. Mi hija era más pequeña que en la actualidad. Como veis, todo de lo más ilógico porque los sueños son así, todo enmarañado y con poco sentido. El sueño continuaba yendo yo a verlas donde estaban viviendo y precisamente ahí adquiría lucidez. Una lucidez demasiado consciente para como suele ser habitual en mí. Siempre que te vuelves lúcido es como despertar, poco a poco. Después vas siendo cada vez un poco más coherente y si lo eres demasiado te acabas despertando. Hay que saber manejar los tiempos. Siguiendo con el sueño, yo al darme cuenta de que estaba lúcido, intentaba convencer a mi mujer de eso y prueba de ello es que mi hija tiene 13 años y en el sueño tendría 5. Cómo era posible? Evidentemente estábamos soñando. Como es lógico yo todavía era poco lúcido, poco a poco me hago más consciente y les digo que voy a salir volando por la ventana y no va a pasar nada porque todo eso no es real. Mi mujer no me cree. Me concentro en la situación intentando ser lo más lúcido posible no vaya a ser que me equivoque y me acabe estrellando contra el suelo. En el astral lo ves todo tan real que siempre dudas y tienes que estar seguro de no estar despierto. Esa concentración en lo que voy a hacer me hace profundizar más en mi lucidez y reconozco que ya no tiene sentido convencer a nadie porque no son reales, el que está teniendo el sueño lúcido soy yo y me acabo de dar cuenta de que ellas no están realmente. Lógicamente no hay nadie a quien convencer. Salgo por la ventana y se me acelera el corazón con la sensación de caída al vacío. Antes de impactar en el suelo, que es lo que pasaba cuando soñaba de pequeño y me despertaba, como no tengo miedo y ahí soy invencible pues hago un pequeño planeo y salgo disparado hacia adelante. El terreno es abrupto, con mucho verde, árboles e irregularidades. En este momento ya soy más consciente de lo habitual, pienso casi como lo haría despierto. Disfrutar y sentir es mi prioridad, me doy cuenta del exceso de lucidez porque los pensamientos son de lo más coherentes. Yo resumo mucho toda la experiencia porque intento plasmar la importancia de cada descubrimiento, de cada detalle nuevo que pueda ser relevante. Si veo cocodrilos, túneles, grafitis en paredes con miles de detalles, eso es algo que no cuento porque no es relevante. El sueño lúcido me lo encuentro porque intento desdoblarme y también es el astral pero no es lo que busco e intento cada noche.
Llegado a este punto y tras un largo rato de lucidez y aventuras donde me siento el dueño y señor de ese pedacito de astral empiezo a perder lucidez, te puedes resistir pero no es para siempre. Acabas sucumbiendo antes o después. Ya sin lucidez no recuerdo lo que sigue pero tras un rato estoy como despierto y pienso para mí, ya me he despertado y se acabó el sueño lúcido porque me siento muy consciente pero no podrá ser que siga soñando que estoy despierto? Ese punto es el famoso trance al que siempre me refiero. No estás ni despierto ni dormido o todo lo contrario. Y voila, acababa de tener otro momento de lucidez que me saca de nuevo al astral para volver a mis aventuras con motivación renovada. Esta segunda parte es más loca. Según el grado de mi lucidez el sueño es más o menos absurdo. Por eso por momentos estoy en una casa jugando al escondite persiguiendo niños y diciendo que viene el fantasma, que soy yo, o viendo cuadros pintados de merengue de colores y llenando mis manos con él destrozándolos y manchando la cara de los niños al cogerlos, como a su vez puedo ver todo eso como un absurdo y simplemente afrontar todos los escenarios que el sueño me brinda. No me he explicado nunca de dónde sale ese mundo imaginario que hay en nuestros cerebros, solo quien tenga la suerte de verlo me puede entender. Si estás lúcido y aún así no te atreves a tirarte por una ventana y volar es porque todo lo que ves es tan real y nítido como cuando estás despierto. Un familiar mío me contó que, siendo pequeño, una noche se levantó de la cama para ir al baño y en su habitación no estaba la puerta, daba vueltas y no la encontraba y acabó meándose encima. Os podéis imaginar cómo será de real la experiencia para creer que te has levantado de la cama y ha desaparecido la puerta y estás toda la vida pensando que aquello pasó? Yo sí, por supuesto, y es increíble y muy difícil de explicar. Poco más que contar, recuerdo flashes de trozos mezclados. Un parque y yo viéndolo todo desde el aire a vista de pájaro con aires de buscar alguna situación donde entrometerme con mis poderes, recordar que si estás soñando y lo sabes nada te puede impedir hacer lo que te plazca y yo, además, me comporto últimamente como un matón que busca situaciones límite que doblegar. En otra imagen me dejo caer de espaldas con los ojos cerrados y voy deslizándome hacia atrás y tengo el sol en lo alto. La simbología de dejarme caer hacia atrás y deslizarme extendiendo los brazos en cruz es que me dejo llevar y no me asusta nada que pueda haber a mis espaldas. Como digo, un sueño lúcido ya no tiene mucho más que ofrecerme aparte de los detalles de su propia naturaleza, que eso sí me interesa como buen buscador de lo desconocido. Y así ha sido mi última experiencia astral. Hubiera preferido conseguir un desdoblamiento pero no importa, lo seguiré intentando cada noche.